lunes, 5 de mayo de 2014

Tema 9: Sueño-descanso



Investiga en internet:

-¿Cuáles son los beneficios del sueño?



El sueño infantil es un período nocturno donde los niños descansan. Cumple una función reguladora y reparadora en el organismo. Es esencial para el control de la energía y la temperatura corporal. El sueño reabastece y restaura los procesos corporales, que se han dañado en el día.



El sueño del bebé está dividido en cuatro etapas que se van profundizando progresivamente. Es muy importante respetar esos intervalos sin interrumpirlos para que se conviertan en una costumbre, así será más fácil conseguir que el niño se duerma.



Durante el sueño infantil los niños asimilan y organizan lo visto y aprendido, maduran física y psíquicamente, e inician y ejercitan su independencia del mundo exterior y de sus padres, por un tiempo que es variable, según su edad y conducta. Dormir también es un alimento para el cuerpo del niño.



El niño que no duerme bien tendrá problemas en su comportamiento. Por eso es tan importante, desde temprana edad, establecer horarios así como, tiempo de sueño para los niños.




-La importancia de la siesta para los bebés y niños.



El sueño es esencial para la salud y el desarrollo del niño, promueve el sentirse alerta, tener buena memoria y comportarse mejor. Los niños que duermen lo suficiente funcionan mejor y tienden a tener menos problemas de comportamiento e irritabilidad. Por eso es importante que los padres los ayuden a desarrollar buenos hábitos de dormir desde una edad temprana.

Cada niño es diferente y el número de horas de sueño que necesita varía. La gráfica muestra el recomendable número de horas de sueño, incluyendo siestas, para niños hasta la edad de doce años.





La siesta durante la infancia es fundamental, sobre todo en los tres primeros años. El niño adquiere las bases necesarias para aprender de forma adecuada nuevos conocimientos y relacionarse con el mundo que le rodea. Esta pausa ayuda al cerebro a retener la información.



Según los investigadores del Departamento de psicología de la Universidad de Arizona, en EE.UU, deducen que las siestas son una parte integral del aprendizaje de los más pequeños. Este trabajo se une a otros que ya destacaban cómo descansar durante el día reactiva y agudiza la mente.



El sueño facilita el almacenamiento de la memoria a corto plazo y deja espacio para nueva información. En los niños de uno a tres años, la siesta incrementa las posibilidades de alcanzar un nivel avanzado para discernir lo importante de lo irrelevante.



Ésta es una de las conclusiones que se extraen de un trabajo estadounidense presentado en la reunión anual de la Asociación Americana para el Avance de la Ciencia (AAAC), celebrada en San Diego (EE.UU.). Los investigadores analizaron las respuestas (mediante expresiones faciales) de niños de 15 meses de ambos sexos ante frases que habían oído con anterioridad, tras dormir o no unas horas.



Los niños que durmieron una siesta aprendieron una oración o las relaciones entre diferentes frases. Por el contrario, quienes no durmieron, no reconocieron las frases que habían escuchado antes. Los pequeños que dormitaron fueron capaces de generalizar su conocimiento de la estructura de la oración y predecir una nueva frase. Esto sugiere que la siesta favorece el aprendizaje abstracto, es decir, la capacidad de detectar el patrón general de una nueva información (después de una frase, viene otra). 





-Las necesidades de horas de sueño en los niños de 0-6 años justificación y representación de los resultados en una tabla.



El horario y cantidad de horas de sueño varía según la edad de los niños y niñas:







Durante la primera infancia, los niños pasan mucho tiempo durmiendo. Hasta los dos años pasan unas 9.500 horas durmiendo (13 meses) y 8.000 despiertos. Cada niño tiene su propio ritmo y sus necesidades de sueño.



Entre los dos y los cinco años, los niños están la mitad del tiempo despiertos y el resto durmiendo. Durante el resto de la infancia, y hasta la adolescencia, el sueño ocupa el 40% del día. Es esencial que los pequeños duerman al menos 10 horas cada noche en sus primeros años de vida.





-Describe actividades para el descanso-sueño para aplicar en la escuela infantil dependiendo de la edad del niño/a.



Para lograr, desde la escuela, inculcar hábitos del sueño, es importante tener en cuenta tres momentos claves:



-Antes de dormir: realizar con los pequeños las tareas cotidianas antes de irse a la cama, ir al baño, cepillarse, deshacer la cama, descalzarse y dejar los zapatos en un lugar adecuado, poner música relajante, contarles un cuento, apagar la luz, entre otras acciones.



-Durante el descanso: vigilar a los pequeños durante el sueño ante cualquier situación de llanto o despertar que se pueda dar.



-Después de dormir: las tareas habituales deben realizarse a un ritmo para no provocar miedo o estrés a los niños. Ayudarle a levantarse y a llevar a cabo distintas acciones que se hacen al despertar.



De 0 a 12 meses.



En el caso de los recién nacidos, debemos tener en cuenta la gran dependencia que tienen de nosotros, los adultos. Somos los encargados de atender a sus necesidades, ya sea hambre, sueño, cambio de pañal, entre otras, pues su única manera de reclamar nuestra atención es a través del llanto.



Hay que tener en cuenta el tiempo que éstos pasan durmiendo y debemos contribuir a ello. Quizás en ocasiones no sea tan fácil, pero debemos cantarles, acariciarlo, tener contacto con él, quizás necesite sentir el calor humano para tranquilizarse o calmar su frío, abrazarlo suavemente. Así, les ayudaremos a descansar.




Para cualquier edad se recomienda la utilización de una ropa adecuada, que no sea muy justa, sino cómoda que permita la libertad de movimientos. A esta edad tenemos que tenerlo más presente, pues no pueden hablarnos pero somos conscientes de que así podrán dormir más cómodamente.



De 12 a 24 meses.



En esta edad, podríamos plantear juegos entre todos los compañeros, pues prefieren jugar antes que otra cosa. Eso sí, se recomienda juegos que los calmen y relajen, pues así se facilita la conciliación del sueño.





De 24 meses en adelante.



Con todos los niños hay que fomentar nuestra creatividad e imaginación para contribuir a su buena alimentación, ejercicio físico, higiene y como no, descanso y sueño.



Es importante que desde pronto tengan un horario estable y muy poco flexible, de esta manera ayudamos a que concilien el sueño.



Cantarles canciones, darles un masaje mientras escuchan música, hacer pequeños estiramientos con ellos, son acciones que pueden contribuir a que duerman.



Crear un ambiente adecuado para el descanso en el que se respire tranquilidad ayudará a cumplir nuestro propósito.





-Describe los trastornos del sueño más frecuentes en niños (definición, características y actuación ante los mismos).



Es importante dejar claro desde un principio la diferencia entre problema del sueño y trastorno del sueño. Los problemas del sueño se pueden definir como patrones de sueño que son insatisfactorios para los padres, el niño o el entorno y, en cambio, el trastorno se define como una alteración real, no una variación, de una función fisiológica que controla el sueño y opera durante el mismo. Así pues, el trastorno representa una función anormal mientras que el "problema" puede representarla o no.






Los trastornos del sueño más frecuentes en niños son los siguientes: 


1. Insomnio por higiene del sueño inadecuada e insomnio conductual.



Hacen referencia al derivado de un mal aprendizaje del hábito de sueño correcto o de una actitud inadecuada de los padres para establecer una buena higiene de sueño. Las manifestaciones más características del insomnio conductual en la infancia son la incapacidad del niño para conciliar el sueño si está solo, con resistencia y ansiedad a la hora de acostarse, lo que conlleva un inicio del sueño retrasado o presencia de múltiples despertares y consecuentemente una falta de mantenimiento del sueño una vez iniciado este. Todo ello redunda en resultados negativos en cuanto al funcionamiento diurno tanto para el propio niño como para su familia.



2. Síndrome de piernas inquietas (SPI).



El síndrome de piernas inquietas (SPI) es un trastorno neurológico crónico sensitivo-motor, caracterizado por la necesidad urgente de mover las piernas en situaciones de reposo y generalmente asociada a una sensación desagradable. Estos síntomas aparecen o empeoran al final del dia y se alivian con el movimiento.

En los niños los síntomas que se observan con mayor frecuencia son: inquietud vespertina, irritabilidad, falta de energía, dificultad de concentración y dificultad para realizar las tareas escolares.



3. Síndrome de apnea-hipopnea durante el sueño (SAHS).



El síndrome de apnea-hipopnea obstructiva del sueño (SAHS) es un trastorno respiratorio que se produce durante el sueño. Se caracteriza por una obstrucción total o parcial de la vía aérea superior intermitente y que altera la ventilación normal durante el sueño y los patrones normales del mismo.



El síntoma mas frecuentemente es el ronquido, presente en sueno intranquilo, con frecuentes movimientos y con eventuales posturas peculiares, como la hiperextensión cervical, que tiene la finalidad de aumentar el calibre de la vía aérea superior.



4. Sonambulismo.



Es una conducta compleja que incluye generalmente caminar, que se inicia durante el sueño lento, por lo que es más frecuente en el primer tercio de la noche. Es más prevalente entre los 4-8 años y el curso suele ser benigno.



5. Terrores del sueño (terrores nocturnos).



Los terrores del sueño se caracterizan por un despertar brusco durante el primer tercio de la noche. El niño se muestra muy agitado, asustado y confuso, gritando o llorando, con síntomas autonómicos y puede existir un trastorno del comportamiento y deambulación e incluso puede llegar a lesionarse. El episodio dura unos minutos y termina de manera espontanea con el niño volviendo a dormir. Al igual que en el sonambulismo, el niño no responde a estímulos externos y no suele recordar el episodio.



6. Pesadillas.



Las pesadillas son ensonaciones aterradoras que ocurren durante la segunda mitad del sueño nocturno y que generalmente provocan que el niño se despierte. Los episodios suelen iniciarse entre los tres y los seis años. Entre los seis y diez anos es cuando se observa la máxima prevalencia y a partir de dicha edad la proporción de niños que sufren pesadillas disminuye progresivamente. Algunos autores distinguen entre pesadillas y “malos sueños” refiriéndose a estos últimos cuando el sueno no provoca despertar. Esta distinción es meramente arbitraria.



Normalmente el niño se despierta muy asustado y totalmente alerta, y describe con detalle que ha tenido una ensoñación muy angustiosa y aterradora. Cuando no se despierta, tiene al menos un recuerdo tardío de sufrimiento durante el sueño.



7. Somnolencia Diurna Excesiva (SDE) o Hipersomnia.



Se trata de un trastorno del sueño que consiste en una excesiva cantidad de sueño con incremento de la somnolencia diurna, disminución de la alerta y/o una duración excesiva del episodio de sueño nocturno que interfieren con las actividades diarias. El sueño puede prolongarse más de ocho horas llegando hasta 12 con dificultad para levantarse. Pese a ello, puede haber necesidad de volver con frecuencia durante el día a la cama.

Dentro de ella podemos encontrar la Narcolepsia, un trastorno de la regulación del sueño que se caracteriza por una somnolencia diurna excesiva (SDE), cataplexia, alucinaciones y parálisis del sueño.



8. Bruxismo.



Se trata del “chirriar de dientes” que se produce por la contracción excesiva de los maxilares produciendo un ruido característico y, a veces, molesto aunque raramente despierta al niño. En los casos más severos puede producir el desgaste en dientes y encías.



9. Somniloquio.



Es el habla o la emisión de sonidos con significado psicológico durante el sueño, sin que exista una concepción crítica subjetiva durante el episodio.





Estas actuaciones generales de la higiene del sueño pueden favorecer a un adecuado proceso del sueño:







Bibliografía:


http://www.sleepforkids.org.Los niños y el sueño. Recuperado el 23 de abril de 2014 de:http://www.sleepforkids.org/html/spsheet.html


Llavina Rubio, N.(2010).Los beneficios de la siesta en la infancia. Recuperado el 23 de abril de 2014 de:http://www.consumer.es/web/es/salud/prevencion/2010/03/01/191440.php

 
Banús Llort, S. (2014). Trastornos del sueño infantil. Recuperado el 23 de abril de 2014 de:http://www.psicodiagnosis.es/areaclinica/otrostrastornosclinicos/trastornosdelsueoinfantil/index.php

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